En las pasadas jornadas culturales nuestro profesor de matemáticas, Miquel Molina, nos sorprendió con un recital poético que constaba de dos poemas de su propia creación:No se le puede pedir nada al mundo
Así que calla...sshhhh... y disimula
Iremos de puntillas a la trastienda
Arramcamdo toda la mala hierba
Y le robaremos la ceguera y la culpa.
No se le puede pedir nada al mundo
Pues nadie en su nombre responde,
Muchos aúllan, muchos suspiran, muchos ladran
Muchos esperan sentados a que la función termine
Muchos, nerviosos repiensan sus cuatro frases ante el espejo.
Muchos, sordos intentan leer los labios de los que aún no han muerto
Y mientras, nosotros, nosotros, atentamos contra todos ellos.
El grito
Hoy he gritado la nota más pura,
como un torrente se ha derramado por la ciudad adormecida y a su paso
íbanse los rostros transformando.
Muecas de dolor, hojos en blanco, cuerpos en trance, sudorosos, temblando.
Hoy he gritado la rabia más aguda,
Su sincera frecuencia inundaba calles y avenidas, comercios, parques e
iglesias,
Silvido que en los cráneos impuros reverbera y en un espasmo final los
revienta.
Hoy he gritado, por fín, la verdad verdadera
Y no esa falsa canción de sirena que pasa por un mudo halago
Hoy miles de cuerpos han caído de rodillas decapitados,
En las plazas, en el asfalto, por las aceras.
Hoy, por fín, han escuchado.
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